viernes, 2 de mayo de 2014

Vientres de alquiler. ¿Natural y ético?



Una de las técnicas más controvertidas de reproducción asistida es la popularmente conocida como “madre de alquiler”, que sigue generando muchos dilemas éticos.
Desde el nacimiento del primer “bebe probeta” a finales de los años 70, las técnicas de reproducción han logrado miles de nacimientos de niños sanos y han devuelto la esperanza y la alegría a muchos padres. En las últimas décadas el avance de estas técnicas ha sido espectacular, apareciendo nuevas maneras de experimentar la maternidad. La ética ha estado ligada íntimamente a la reproducción asistida y han ido apareciendo dilemas éticos sobre su uso.
Para que la utilización de estos métodos estuviera regulada jurídicamente se creó en 1988 la primera ley específica sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida que se ha ido actualizando según ha ido avanzando. Su última actualización fue en el año 2006.
El principal problema ético que se plantea es si el derecho a procrear y formar una familia debe llegar hasta el punto de promover ciertas técnicas de reproducción como la subrogación o gestación por sustitución.
La subrogación gestacional o útero subrogado, tradicionalmente “madre de alquiler”, consiste en que una mujer queda embarazada y gesta un bebé de otra mujer que, por algún problema reproductivo o médico, no puede. Ese bebé puede venir del óvulo y el espermatozoide de los padres, conservando la herencia genética de los dos progenitores o bien venir del óvulo de la madre sustituta con los espermatozoides del padre biológico.
De momento en España la subrogación no está permitida, sin embargo en otros países como EE.UU, Canadá o Rusia está a la orden del día. Algunas parejas españolas viajan a estos lugares con la última esperanza de poder ser padres biológicos y ver cumplido su sueño.



Rebeca Pérez y Patricia Pinto

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