A continuaci0n, voy a presentar una noticia en la cual explica todos los delitos cometidos por el etarra Anton Troitiño, uno de los presos a los que se le aplicó la llamada Doctrina Parot y más tarde la Doctrina del Doble Computo Legal, dando los datos de cada uno de ellos.
Este ya se encuentra fuera de prisión ,debido a la derogación de la Doctrina Parot llevada a cabo por el Tribunal de Estrasburgo, el cual alega que dicha Doctrina va en contra de los Derechos Humanos.
Este ya se encuentra fuera de prisión ,debido a la derogación de la Doctrina Parot llevada a cabo por el Tribunal de Estrasburgo, el cual alega que dicha Doctrina va en contra de los Derechos Humanos.
Después de leer esta noticia y conociendo un poco sobre la ya anulada Doctrina Parot y sobre las leyes penitenciarias de España, yo me pregunto si es ético que personas como Antón Troitiño puedan estar fuera de prisión.
Las 22 vidas que arrebató el etarra Antón Troitiño que Reino Unido detuvo en 2012
Antón Troitiño Arranz, alias Miguel Angel, nació el 26 de junio de 1957 en Tariego de Carrato (Palencia). Formó parte del llamado Comando Madrid, o Comando España de ETA durante su etapa más sanguinaria.
Fue detenido el 16 de enero de 1987, gracias al espectacular asalto de los GEO al piso de la calle Río Ulla de Madrid en la que se ocultaba el comando. Junto a él fueron capturados los miembros de ETA Cristina Arrizabalaga, María Teresa Rojo, Esteban Esteban Nieto, Inmaculada Noble y José Ignacio de Juana Chaos. De ese comando formaba parte igualmente Inés del Río Prada, pero logró escabullirse para ser detenida finalmente en junio de ese mismo año en Zaragoza.
La carrera asesina de Troitiño comenzó el 26 de octubre de 1983 en Irún, cuando participó en el asesinato del carnicero Lorenzo Mendizábal.
Lorenzo Mendizábal Iturrarte (1): Tenía 34 años cuando ETA acabó con su vida. Lorenzo fue tiroteado mientras atendía en su establecimiento. Recibió 8 disparos, cuatro de ellos en el pecho, lo que da imagen del ensañamiento de sus asesinos. Para sumar ignominia a su acción, los etarras aprovecharon para robar el bolso a la única clienta que había en la carnicería en el momento del asesinato. Por este crimen, Troitiño fue condenado a 20 años.
Aún en Euskadi, el 14 de junio de 1984 participó en el cruel asesinato del guardia civil Segundo Ángel Zapatero Antolín en San Sebastián. Por el crimen, la Audiencia Nacional condenó a Troitiño a 29 años de cárcel.
Segundo Ángel Zapatero Antolín: Tenía 39 años, estaba casado y era padre de un niño de 11 años. Natural de La Mudarra (valladolid), era miembro de la Guardia Civil destinado al Servicio de Información. La explosión de una bomba adosada a los bajos de su Citroen GS hizo que el vehículo saltara por los aires, cayendo con las ruedas hacia arriba, a ocho metros de distancia.
Zapatero Antolín murió carbonizado, sin que pudiera hacerse nada por salvar su vida. La explosión hizo volar por los aires trozos de metralla que hirieron a José Evangelista Matías, un joven portugués que caminaba por la zona.
Nacido en Palencia, y hermano del también terrorista Domingo Trotiño, fue juzgado y condenado a 2.232 años por su participación en la masacre de la Plaza de la República Dominicana, en Madrid. Además, Antón Troitiño fue condenado por los asesinatos del comandante Saénz de Ynestrillas, el teniente coronel Vesteiro y el conductor Francisco Casillas
La Justicia española condenó igualmente a Antón Troitiño por el atentado de la calle Juan Bravo de Madrid, que acabó con la vida de cinco jóvenes guardias civiles.
Además, en septiembre de 1998, la Audiencia Nacional condenó a Antonio Troitiño Arranz y a José Ignacio de Juana Chaos a 17 años de cárcel a cada uno, por el intento de asesinato, el 8 de mayo de 1986, de Luis Antonio Burón Barba, entonces fiscal general del Estado. El atentado contra Burón no tuvo lugar porque el día elegido, Troitiño y Soares Gamboa colocaron el coche en el lugar convenido, pero De Juana y López Riaño se quedaron dormidos.
Troitiño también fue condenado a 24 años de cárcel junto a De Juana Chaos por el intento de atentado en 1986 contra el General del Ejército Fernando Yrayzoz Castejón, en la Iglesia de San Antonio en Madrid.
Este atentado no se realizó, porque el día previsto Yrayzoz no acudió a la ermita donde los miembros de ETA le esperaban para acabar con su vida. El plan asesino se supo gracias a la declaración del arrepentido Soares Gamboa.
Juan José Catón Vázquez (3) tenía 30 años y estaba soltero. Fue enterrado en su Palencia natal.
Juan Carlos González Rentero (4) era natural de Béjar, Salamanca. Con sólo 21 años, llevaba nueves meses en la Guardia Civil. Pese a su juventud había servido ya en Segovia, Salamanca, Barcelona, y Madrid, ciudad en la que perdió la vida.
La muerte de Alberto Alonso Gómez (5), nacido en París, dejó desolada a su familia. Pasados los años, Hortensia Gómez, su madre, expresó en el diario El Mundo (25/02/2007), lo que fue para ella la pérdida de su hijo: "Desde el asesinato de mi hijo, estamos todos muertos. Mi marido murió de pena al poco tiempo y yo no soy capaz ni de dedicarme a mi casa. No puedo estar sola".
Vicente Javier Domínguez González (6) contaba sólo con 25 de edad, y era soltero. Había nacido en Plasencia, Cáceres.
Juan Mateos Pulido (7) era de Cáceres como Vicente Javier, pero de la localidad de Robledillo de Trujillo. Tenía 30 años, estaba casado, y era padre de un hijo de dos años cuando ETA le arrebató la vida.
A todos la muerte les alcanzó temprano, poco después de las 7 de la mañana, cuando tras hacer los servicios de protección de varias sedes diplomáticas en Madrid abandonaban en un vehículo Land Rover la Embajada de Italia en la capital, ubicada en la calle de Juan Bravo.
El trayecto recorría varias embajadas para hacer los relevos de los compañeros que habían realizado el turno de noche, y en el momento del atentado se encaminaban a la sede diplomática de la URSS.
Los seis etarras que integraban entonces el Comando Madrid de ETA participaron en la matanza. En concreto eran Juan Manuel Soares Gamboa, José Ignacio de Juana Chaos, Anton Troitiño Arranz, Inés del Río Prada, Esteban Esteban Nieto e Idoia López Riaño.
Fuentes policiales señalaron en su día que el Land Rover fue alcanzado de lleno en el lateral derecho por la metralla y onda expansiva. La bomba había sido colocada en un coche aparcado en la acera, y fue detonada a distancia, desde una posición a no más de 200 metros de la escena.
El coche bomba llevaba tres ollas a presión con un total doce kilos de goma2, otros doce de amonal y cuarenta y ocho kilos más de metralla, la mayor parte tornillos, que se convirtieron en cuchillas con la detonación.
La etarra y el resto del comando se apostaron en la acera de la avenida del Manzanares frente al portal número 36, donde vivía el comandante Sáenz de Ynestrillas, cerca del estadio Vicente Calderón. Los etarras llevaban sus armas cubiertas de papel de periódico para no llamar la atención.
Cuando el Seat 124 de color azul oscuro en el que viajaban los tres militares, avanzaba entre las calles de San Conrado y San Rufo, los terroristas abrieron fuego a ráfagas. Un testigo presencial de los hechos relató a Efe que "uno de los terroristas metió la metralleta por la ventanilla del coche para rematar al teniente coronel Sáenz de Ynestrillas, que ocupaba el asiento de atrás".
El comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas nació en Madrid en 1936, estaba casado y tenía tres hijos cuando fue asesinado.
El teniente coronel Carlos Vesteiro había nacido el 4 de agosto de 1935 en La Coruña. Era experto en carros de combate. Sus restos fueron inhumados en el panteón de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares.
El conductor Francisco Casillas tenía tan sólo 19 años y estaba soltero cuando fue asesinado. Llevaba seis meses haciendo el Servicio Militar como voluntario cuando ETA se cruzó en su camino.
A primera hora del 14 de julio de 1986, apenas tres semanas después de que el PSOE ganara las elecciones generales por mayoría absoluta, ETA sembró de muerte la madrileña plaza de la República Dominicana.
Una furgoneta cargada de explosivos, aparcada junto a un kiosko de prensa, en el número 7 de la madrileña plaza de la República Dominicana, estalló al paso de un convoy de vehículos de la Guardia Civil, procedente de la Escuela de Tráfico de la calle Príncipe de Vergara.
Los etarras lograron la carnicería que habían perseguido al cargar la furgoneta con cinco ollas a presión que contenían un total detreinta y cinco kilos de goma 2 y varios kilos de metralla compuesta por tornillos, tuercas, varillas metálicas y eslabones de cadenas de acero.
Hacia las 7:45 horas, un convoy de vehículos de la Guardia Civil, formado por un autobús, un minibús y un todoterreno, salió del cuartel de la Escuela de Tráfico que tenía la Benemérita en la calle Príncipe de Vergara, en dirección a la Venta de la Rubia, en las afueras de Madrid, donde los guardias iban a realizar prácticas de conducción en motocicleta.
Justo en el momento en el que el convoy entraba en la plaza de la República Dominicana, los etarras activaron a distancia el artefacto explosivo. La explosión alcanzó de lleno el minibús. Doce jóvenes guardias civiles murieron, y otras setenta y ocho personas sufrieron heridas de diversa gravedad. La etarra Inés del Río junto Esteban Esteban Nieto se encargó de la vigilancia y de preparar el artefacto explosivo.
La tremenda explosión segó de inmediato la vida de de cinco guardias civiles:
Carmelo Bella Álamo (11), tenía 22 años y fue enterrado en la localidad pacense de Granja de Torrehermosa en la que había nacido.
Jose Calvo Gutiérrez (12), tenía sólo 19 años y era natural de Barcelona. Estaba destinado en el Departamento de Tráfico de Barajas.
Miguel Ángel Cornejo Ros (13), nacido en Burjasot (de Valencia), tenía 24 años y estaba casado.
Jesús María Freixes Montes (14), de veintiún años, fue enterrado en Lleida, ciudad en la que su padre, Francisco Freixes, era concejal independiente en el Ayuntamiento y corresponsal del diario ABC.
Teresa Freixes, hermana de Jesús María y profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, escribió una carta a ETA publicada por varios medios de comunicación. En ella Teresa afirmaba: "Solo puedo calificaros de asesinos y cobardes [...]. No puedo comprender la defensa del nacionalismo a través de la violencia, del asesinato» (ABC , 19/07/1986)". Según su hermana, que llamaba a la víctima Chus, los compañeros del fallecido le llamaban El Lleida por su defensa del catalán.
Jesús Jiménez Jimeno (15), originario de Cascante del Río (Teruel), murió en el acto cuando iba en el microbús que recibió el impacto frontal de la furgoneta-bomba. Tenía sólo 20 años
En las horas posteriores al atentado fallecieron otros cuatro guardias civiles:
Andrés José Fernández Pertierra (16), de 20 años y natural de Gijón, fue asesinado por ETA cuando llevaba poco más de tres meses en la Guardia Civil.
Jose Joaquín Garcia Ruiz (17), nacido en Merindad de Valdivieso, tenía 21 años en el momento de su asesinato. Estaba soltero.
Santiago Iglesias Godino (18), de Hondón de las Nieves (Alicante), llevaba sólo tres meses y medio en la Guardia Civil. Su familia decidió donar sus órganos para salvar otras vidas.
Antonio Lancharro Reyes (19), de 21 años de edad y soltero. Había nacido en la localidad pacense de Monesterio, que le dedicó una calle tras su muerte.
En los siguientes días a la masacre, y a causa de sus graves heridas, fallecieron otros tres jóvenes:
Javier Esteban Plaza (20), nacido en Guadalajara, tenía 26 años y novia formal. Falleció cuatro días después del atentado, el 18 de julio.
Ángel de la Higuera López (21), que falleció el 31 de julio, tenía 20 años y era natural de Alfacar (Granada). Según informó en su día el Ideal de Granada (17 de julio de 1986), Ángel de la Higuera era el menor de una familia humilde de siete hermanos y había estudiado hasta octavo de primaria. Gran aficionado a las motos, en Alfacar le apodaban Ángel Nieto, que era su ídolo.
Juan Ignacio Calvo Guerrero (22), de 25 años, casado y con un hijo de corta edad, murió en la Ciudad Sanitaria de la Paz el 5 de agosto, convirtiéndose en la víctima número doce del brutal atentado. Era natural de la Pola de Gordón (León), y acababa de llegar a Madrid después de cumplir su primer destino en Mieres.
Además, según recoge el libro 'Vidas Rotas' de Florencio Domínguez, la bomba también hirió de gravedad a varios agentes de la Guardia Civil:
Jesús García Rangel, cuyas secuelas físicas y psíquicas irreversibles le incapacitaron para seguir desempeñando su profesión; Miguel Ángel Martínez Díaz, que tuvo que abandonar su carrera como consecuencia del sufrimiento provocado por los trastornos neuróticos postraumáticos padecidos; Jacinto López Martínez, que tuvo que recibir la baja laboral permanente a causa de las heridas sufridas; Juan Izquierdo Sánchez, que perdió el ojo derecho y el 60 % de la audición del oído izquierdo; Miguel Ángel Dorado Castellanos, quien a causa de las secuelas en ambos oídos, en el ojo izquierdo y alteraciones epilépticas también se vio obligado a abandonar su profesión; Gabriel Aranda Sánchez, que causó baja definitiva en la Benemérita a consecuencia de las secuelas; José Manuel Jiménez Sánchez, que sufrió la pérdida del ojo derecho y otras heridas que le incapacitaron para el trabajo en el Instituto Armado.
Aunque en menos de una semana, la Justicia revocó su liberación, el etarra no esperó a ser localizado y se fugó. Más de un año después, el 29 de junio de 2012, fue detenido junto a la también etarra Lerín Sánchez, Belea, en un domicilio del barrio de Hounslow, en Londres.
La carrera asesina de Troitiño comenzó el 26 de octubre de 1983 en Irún, cuando participó en el asesinato del carnicero Lorenzo Mendizábal.
Lorenzo Mendizábal Iturrarte (1): Tenía 34 años cuando ETA acabó con su vida. Lorenzo fue tiroteado mientras atendía en su establecimiento. Recibió 8 disparos, cuatro de ellos en el pecho, lo que da imagen del ensañamiento de sus asesinos. Para sumar ignominia a su acción, los etarras aprovecharon para robar el bolso a la única clienta que había en la carnicería en el momento del asesinato. Por este crimen, Troitiño fue condenado a 20 años.
Aún en Euskadi, el 14 de junio de 1984 participó en el cruel asesinato del guardia civil Segundo Ángel Zapatero Antolín en San Sebastián. Por el crimen, la Audiencia Nacional condenó a Troitiño a 29 años de cárcel.
Segundo Ángel Zapatero Antolín: Tenía 39 años, estaba casado y era padre de un niño de 11 años. Natural de La Mudarra (valladolid), era miembro de la Guardia Civil destinado al Servicio de Información. La explosión de una bomba adosada a los bajos de su Citroen GS hizo que el vehículo saltara por los aires, cayendo con las ruedas hacia arriba, a ocho metros de distancia.
Zapatero Antolín murió carbonizado, sin que pudiera hacerse nada por salvar su vida. La explosión hizo volar por los aires trozos de metralla que hirieron a José Evangelista Matías, un joven portugués que caminaba por la zona.
Nacido en Palencia, y hermano del también terrorista Domingo Trotiño, fue juzgado y condenado a 2.232 años por su participación en la masacre de la Plaza de la República Dominicana, en Madrid. Además, Antón Troitiño fue condenado por los asesinatos del comandante Saénz de Ynestrillas, el teniente coronel Vesteiro y el conductor Francisco Casillas
La Justicia española condenó igualmente a Antón Troitiño por el atentado de la calle Juan Bravo de Madrid, que acabó con la vida de cinco jóvenes guardias civiles.
Además, en septiembre de 1998, la Audiencia Nacional condenó a Antonio Troitiño Arranz y a José Ignacio de Juana Chaos a 17 años de cárcel a cada uno, por el intento de asesinato, el 8 de mayo de 1986, de Luis Antonio Burón Barba, entonces fiscal general del Estado. El atentado contra Burón no tuvo lugar porque el día elegido, Troitiño y Soares Gamboa colocaron el coche en el lugar convenido, pero De Juana y López Riaño se quedaron dormidos.
Troitiño también fue condenado a 24 años de cárcel junto a De Juana Chaos por el intento de atentado en 1986 contra el General del Ejército Fernando Yrayzoz Castejón, en la Iglesia de San Antonio en Madrid.
Este atentado no se realizó, porque el día previsto Yrayzoz no acudió a la ermita donde los miembros de ETA le esperaban para acabar con su vida. El plan asesino se supo gracias a la declaración del arrepentido Soares Gamboa.
Atentado de la calle Juan Bravo de Madrid, el 25 de abril de 1986
Cinco agentes de la Guardia Civil fallecieron al explotar un coche-bomba en la confluencia de la calle Juan Bravo con Príncipe de Vergara, en el barrio madrileño de Salamanca, al paso de un vehículo con 9 agentes de la Benemérita. Además, el atentado cometido entre otros por Troitiño hirió gravemente a los otros cuatro.Juan José Catón Vázquez (3) tenía 30 años y estaba soltero. Fue enterrado en su Palencia natal.
Juan Carlos González Rentero (4) era natural de Béjar, Salamanca. Con sólo 21 años, llevaba nueves meses en la Guardia Civil. Pese a su juventud había servido ya en Segovia, Salamanca, Barcelona, y Madrid, ciudad en la que perdió la vida.
La muerte de Alberto Alonso Gómez (5), nacido en París, dejó desolada a su familia. Pasados los años, Hortensia Gómez, su madre, expresó en el diario El Mundo (25/02/2007), lo que fue para ella la pérdida de su hijo: "Desde el asesinato de mi hijo, estamos todos muertos. Mi marido murió de pena al poco tiempo y yo no soy capaz ni de dedicarme a mi casa. No puedo estar sola".
Vicente Javier Domínguez González (6) contaba sólo con 25 de edad, y era soltero. Había nacido en Plasencia, Cáceres.
Juan Mateos Pulido (7) era de Cáceres como Vicente Javier, pero de la localidad de Robledillo de Trujillo. Tenía 30 años, estaba casado, y era padre de un hijo de dos años cuando ETA le arrebató la vida.
A todos la muerte les alcanzó temprano, poco después de las 7 de la mañana, cuando tras hacer los servicios de protección de varias sedes diplomáticas en Madrid abandonaban en un vehículo Land Rover la Embajada de Italia en la capital, ubicada en la calle de Juan Bravo.
El trayecto recorría varias embajadas para hacer los relevos de los compañeros que habían realizado el turno de noche, y en el momento del atentado se encaminaban a la sede diplomática de la URSS.
Los seis etarras que integraban entonces el Comando Madrid de ETA participaron en la matanza. En concreto eran Juan Manuel Soares Gamboa, José Ignacio de Juana Chaos, Anton Troitiño Arranz, Inés del Río Prada, Esteban Esteban Nieto e Idoia López Riaño.
Fuentes policiales señalaron en su día que el Land Rover fue alcanzado de lleno en el lateral derecho por la metralla y onda expansiva. La bomba había sido colocada en un coche aparcado en la acera, y fue detonada a distancia, desde una posición a no más de 200 metros de la escena.
El coche bomba llevaba tres ollas a presión con un total doce kilos de goma2, otros doce de amonal y cuarenta y ocho kilos más de metralla, la mayor parte tornillos, que se convirtieron en cuchillas con la detonación.
Atentado contra Sáenz de Ynestrillas, el 17 de junio de 1986
El coche en el que viajaba el comandante del Ejército de Tierra Ricardo Sáenz de Ynestrillas (8) junto al teniente coronel Carlos Vesteiro (9) y el soldado conductor Francisco Casillas (10) fue ametrallado por dos miembros de ETA, un atentado por el que Troitiño fue condenado a 87 años de cárcel por un delito de atentado con resultado de muerte y otros dos delitos de asesinato.La etarra y el resto del comando se apostaron en la acera de la avenida del Manzanares frente al portal número 36, donde vivía el comandante Sáenz de Ynestrillas, cerca del estadio Vicente Calderón. Los etarras llevaban sus armas cubiertas de papel de periódico para no llamar la atención.
Cuando el Seat 124 de color azul oscuro en el que viajaban los tres militares, avanzaba entre las calles de San Conrado y San Rufo, los terroristas abrieron fuego a ráfagas. Un testigo presencial de los hechos relató a Efe que "uno de los terroristas metió la metralleta por la ventanilla del coche para rematar al teniente coronel Sáenz de Ynestrillas, que ocupaba el asiento de atrás".
El comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas nació en Madrid en 1936, estaba casado y tenía tres hijos cuando fue asesinado.
El teniente coronel Carlos Vesteiro había nacido el 4 de agosto de 1935 en La Coruña. Era experto en carros de combate. Sus restos fueron inhumados en el panteón de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares.
El conductor Francisco Casillas tenía tan sólo 19 años y estaba soltero cuando fue asesinado. Llevaba seis meses haciendo el Servicio Militar como voluntario cuando ETA se cruzó en su camino.
Masacre de la Plaza de la Republica Dominicana, el 14 de julio de 1986
Inés del Río fue una de las autoras de la matanza de la plaza de la República Dominicana de Madrid, el 14 de julio de 1986, en la que murieron 12 personas, todos miembros de la Guardia Civil.A primera hora del 14 de julio de 1986, apenas tres semanas después de que el PSOE ganara las elecciones generales por mayoría absoluta, ETA sembró de muerte la madrileña plaza de la República Dominicana.
Una furgoneta cargada de explosivos, aparcada junto a un kiosko de prensa, en el número 7 de la madrileña plaza de la República Dominicana, estalló al paso de un convoy de vehículos de la Guardia Civil, procedente de la Escuela de Tráfico de la calle Príncipe de Vergara.
Los etarras lograron la carnicería que habían perseguido al cargar la furgoneta con cinco ollas a presión que contenían un total detreinta y cinco kilos de goma 2 y varios kilos de metralla compuesta por tornillos, tuercas, varillas metálicas y eslabones de cadenas de acero.
Hacia las 7:45 horas, un convoy de vehículos de la Guardia Civil, formado por un autobús, un minibús y un todoterreno, salió del cuartel de la Escuela de Tráfico que tenía la Benemérita en la calle Príncipe de Vergara, en dirección a la Venta de la Rubia, en las afueras de Madrid, donde los guardias iban a realizar prácticas de conducción en motocicleta.
Justo en el momento en el que el convoy entraba en la plaza de la República Dominicana, los etarras activaron a distancia el artefacto explosivo. La explosión alcanzó de lleno el minibús. Doce jóvenes guardias civiles murieron, y otras setenta y ocho personas sufrieron heridas de diversa gravedad. La etarra Inés del Río junto Esteban Esteban Nieto se encargó de la vigilancia y de preparar el artefacto explosivo.
La tremenda explosión segó de inmediato la vida de de cinco guardias civiles:
Carmelo Bella Álamo (11), tenía 22 años y fue enterrado en la localidad pacense de Granja de Torrehermosa en la que había nacido.
Jose Calvo Gutiérrez (12), tenía sólo 19 años y era natural de Barcelona. Estaba destinado en el Departamento de Tráfico de Barajas.
Miguel Ángel Cornejo Ros (13), nacido en Burjasot (de Valencia), tenía 24 años y estaba casado.
Jesús María Freixes Montes (14), de veintiún años, fue enterrado en Lleida, ciudad en la que su padre, Francisco Freixes, era concejal independiente en el Ayuntamiento y corresponsal del diario ABC.
Teresa Freixes, hermana de Jesús María y profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, escribió una carta a ETA publicada por varios medios de comunicación. En ella Teresa afirmaba: "Solo puedo calificaros de asesinos y cobardes [...]. No puedo comprender la defensa del nacionalismo a través de la violencia, del asesinato» (ABC , 19/07/1986)". Según su hermana, que llamaba a la víctima Chus, los compañeros del fallecido le llamaban El Lleida por su defensa del catalán.
Jesús Jiménez Jimeno (15), originario de Cascante del Río (Teruel), murió en el acto cuando iba en el microbús que recibió el impacto frontal de la furgoneta-bomba. Tenía sólo 20 años
En las horas posteriores al atentado fallecieron otros cuatro guardias civiles:
Andrés José Fernández Pertierra (16), de 20 años y natural de Gijón, fue asesinado por ETA cuando llevaba poco más de tres meses en la Guardia Civil.
Jose Joaquín Garcia Ruiz (17), nacido en Merindad de Valdivieso, tenía 21 años en el momento de su asesinato. Estaba soltero.
Santiago Iglesias Godino (18), de Hondón de las Nieves (Alicante), llevaba sólo tres meses y medio en la Guardia Civil. Su familia decidió donar sus órganos para salvar otras vidas.
Antonio Lancharro Reyes (19), de 21 años de edad y soltero. Había nacido en la localidad pacense de Monesterio, que le dedicó una calle tras su muerte.
En los siguientes días a la masacre, y a causa de sus graves heridas, fallecieron otros tres jóvenes:
Javier Esteban Plaza (20), nacido en Guadalajara, tenía 26 años y novia formal. Falleció cuatro días después del atentado, el 18 de julio.
Ángel de la Higuera López (21), que falleció el 31 de julio, tenía 20 años y era natural de Alfacar (Granada). Según informó en su día el Ideal de Granada (17 de julio de 1986), Ángel de la Higuera era el menor de una familia humilde de siete hermanos y había estudiado hasta octavo de primaria. Gran aficionado a las motos, en Alfacar le apodaban Ángel Nieto, que era su ídolo.
Juan Ignacio Calvo Guerrero (22), de 25 años, casado y con un hijo de corta edad, murió en la Ciudad Sanitaria de la Paz el 5 de agosto, convirtiéndose en la víctima número doce del brutal atentado. Era natural de la Pola de Gordón (León), y acababa de llegar a Madrid después de cumplir su primer destino en Mieres.
Además, según recoge el libro 'Vidas Rotas' de Florencio Domínguez, la bomba también hirió de gravedad a varios agentes de la Guardia Civil:
Jesús García Rangel, cuyas secuelas físicas y psíquicas irreversibles le incapacitaron para seguir desempeñando su profesión; Miguel Ángel Martínez Díaz, que tuvo que abandonar su carrera como consecuencia del sufrimiento provocado por los trastornos neuróticos postraumáticos padecidos; Jacinto López Martínez, que tuvo que recibir la baja laboral permanente a causa de las heridas sufridas; Juan Izquierdo Sánchez, que perdió el ojo derecho y el 60 % de la audición del oído izquierdo; Miguel Ángel Dorado Castellanos, quien a causa de las secuelas en ambos oídos, en el ojo izquierdo y alteraciones epilépticas también se vio obligado a abandonar su profesión; Gabriel Aranda Sánchez, que causó baja definitiva en la Benemérita a consecuencia de las secuelas; José Manuel Jiménez Sánchez, que sufrió la pérdida del ojo derecho y otras heridas que le incapacitaron para el trabajo en el Instituto Armado.
Errónea puesta en libertad
Troitiño, condenado a 2.700 años de cárcel, fue puesto en libertad en abril de 2011, tras pasar 24 años en prisión, debido a una aplicación errónea de la llamada doctrina del doble cómputo penal.Aunque en menos de una semana, la Justicia revocó su liberación, el etarra no esperó a ser localizado y se fugó. Más de un año después, el 29 de junio de 2012, fue detenido junto a la también etarra Lerín Sánchez, Belea, en un domicilio del barrio de Hounslow, en Londres.
Anastasia Palomar Terwiel